Gustavo A, Gustavo G y Ezequiel, llevan caminando horas por las calles de Florencia. Todavìa estàn excitados por la creatividad y la belleza de que han podido ser testigos en la Feria de Diseño de Milàn.
Mientras Gustavo G y Ezequiel continùan su frenètica exploraciòn de museos y arquitectura local, Gustavo A, decide que es hora de parar. Al fin y al cabo, èl ya ha hecho estos recorridos en oportunidad de otros viajes.
Decide seguir su deseo y detenerse. Mira a su alrededor y entre los variados y pintorescos bares que se le ofrecen a la vista, elige uno, se sienta mirando al sur y pide uno de los tantos cafès que con deleite, viene saboreando desde su llegada a la " Bella Italia".
Con la mirada perdida, se relaja y disfruta el momento. De repente, su vista se cruza con la de una señora que con gran excitaciòn y alboroto, le hace señas, desde el mismo bar, aunque desde la otra punta del local.
Su corazòn parece salìrsele del pecho ante la sorpresa, todavìa no consigue procesar la bendiciòn de la feliz coincidencia que està experimentando. Entretanto, Marita ( la señora alborozada) ha alcanzado la distancia suficiente como para fundirse con èl en un cariñoso abrazo.
¡Sigue sin poder creerlo! Son Marita, Omar y sus tres hijos, sus amigos de toda la vida, sus coprovincianos de Lobos, su compañero en el Grupo de Estudio , con el que se ha encontrado hace menos de un mes, sin mencionar ninguno, los sendos proyectos de viaje, ni la fecha, ni el recorrido programado.
Sin embargo, por esas azarosas coordinaciones del universo, Gustavo A. obtuvo un merecido premio a su decisiòn de detenerse: se viò bendecido por el càlido abrazo y el derroche de cariño, que recibiò al encontrar a sus caros amigos.
¿ Casualidad? ¿Sincronicidad?¿ Coincidencia significativa? o como dice Cortàzar:
Atenciòn: Alejandra A por gentileza de Gustavo A, Marita y Omar P.
Su corazòn parece salìrsele del pecho ante la sorpresa, todavìa no consigue procesar la bendiciòn de la feliz coincidencia que està experimentando. Entretanto, Marita ( la señora alborozada) ha alcanzado la distancia suficiente como para fundirse con èl en un cariñoso abrazo.
¡Sigue sin poder creerlo! Son Marita, Omar y sus tres hijos, sus amigos de toda la vida, sus coprovincianos de Lobos, su compañero en el Grupo de Estudio , con el que se ha encontrado hace menos de un mes, sin mencionar ninguno, los sendos proyectos de viaje, ni la fecha, ni el recorrido programado.
Sin embargo, por esas azarosas coordinaciones del universo, Gustavo A. obtuvo un merecido premio a su decisiòn de detenerse: se viò bendecido por el càlido abrazo y el derroche de cariño, que recibiò al encontrar a sus caros amigos.
¿ Casualidad? ¿Sincronicidad?¿ Coincidencia significativa? o como dice Cortàzar:
"Andábamos sin buscarnos
pero sabiendo que andábamos
para encontrarnos"
¿Què opinàs vos?
Atenciòn: Alejandra A por gentileza de Gustavo A, Marita y Omar P.
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